septiembre 16, 2016

CRUYFF EN ARGENTINA 78

Me gustan los libros de fútbol. No solo los de fútbol pero también los de fútbol. Mejor aún si no hablan de futbol pues de esos hay muchos y dicen siempre lo mismo. Aburren y no me gusta aburrirme. Por eso he disfrutado leyendo Futbolistas de izquierdas, Quique Peinado, Léeme editores, 2013.
¿De qué habla entonces este libro? De futbolistas comprometidos con la política, simpatizantes de ETA, la izquierda y del Partido Comunista. Sí, qué miedo, el comunismo. Habla de fantásticos personajes que entendieron que el fútbol podía ser algo más que patear una pelota.
El libro es una enorme suma de temas fascinantes. De todos, para empezar, escojo el de la participación holandesa en el mundial Argentina 78.
Se dijo mucho sobre los holandeses. Se habló de su compromiso, de la politización de su participación. Incluso se aseguró, en su momento, que Johan Cruyff, en ese entonces el mejor jugador del mundo, renunció a su selección en señal de protesta contra la dictadura argentina. La interesante investigación de Quique Peinado despeja dudas.
En primer lugar lo que queda claro es el compromiso social de Johan Cruyff. Se muestra que desde siempre tuvo una gran preocupación social. Fue el abanderado de la mejora de las condiciones de trabajo de los jugadores e impulsor de la creación de la Asociación de Futbolistas Españoles. Debido a esto y a la coyuntura que vivía Argentina, se dedujo que Cruyff tomaría una posición política. Su pasado y su silencio contribuyeron a que crezca esta idea.
En primer lugar, Cruyff nunca manifestó ser de izquierda. Mucho menos tuvo alguna actitud contra la dictadura argentina. Lamento decepcionar a los que pensaban de otra manera, pero Cruyff no fue al mundial por alguna posición política sino por una promesa a su esposa.
La verdadera historia de su ausencia empieza al final del mundial Alemania 74. El diario Bild publicó que los jugadores holandeses habían pasado una divertida tarde en la piscina del Hotel Wald de Múnich, acompañados de unas señoritas que no eran sus esposas. Por este motivo, Danny Coster, esposa de Cruyff, le hizo prometer que el de Alemania sería su último mundial. Sin embargo, no fue el único motivo. En una entrevista realizada por Catalunya Radio en el año 2000, cuenta Peinado, el entonces jugador del Barça señala que antes del mundial argentino había sido asaltado en su casa a punta de pistola, e incluso fue encañonado en presencia de su mujer. “Mis hijos iban con escolta al colegio… y al final dices basta”.
Es decir que la fiesta con las niñas en Alemania, sumada a la inseguridad por la fama, de un fútbol que empezaba a convertirse en el negocio que es hoy, fueron los verdaderos motivos por el que no fue a Argentina.
Nada de política, nada contra la dictadura, ni visitas a las Madres de Plaza de mayo. Infidelidad e inseguridad fueron las causas de la ausencia del crack.
Sobre la posición de la selección holandesa los datos que ofrece Futbolistas de izquierda también son contundentes. René van de Kerkhof, uno de los gemelos maravilla de la Naranja Mecánica, le diría al periodista holandés Marcel Rozer que lo único que querían era ganar el torneo, y que les hubiera dado igual si hubieran tenido que recibir la copa de la mano de Adolf Hitler.
Una desilusión para quienes pensábamos distinto.
¿Compromiso de los holandeses? Las pelotas, como diría un argentino.
Y por si caben dudas, agrego las declaraciones del humorista Frank De Jonge, integrante de SKAN (Solidariteits Komitee Argentinië-Nederland), colectivo holandés de solidaridad con los exiliados argentinos, que dijo a los jugadores: “Nadie podrá decir, como en 1936, que no lo sabíais. Iréis al Mundial como héroes, volveréis como colaboracionistas”. Los holandeses no solo fueron indiferentes, sabían perfectamente a lo que se metían.
Quien sí tuvo una actitud distinta fue la TV holandesa. Cuando todo el mundo veía las imágenes del papel picado y la selección gaucha celebrando, con el dictador Videla en la tribuna, las cámaras holandesas presentaban imágenes de las Madres de Plaza de Mayo, protestando. No solo de fútbol vive el hombre
Un apunte final.
Peinado pone un dato que no es menor. En ese entonces, Holanda era el segundo socio comercial de la Argentina. “…Con los voluminosos créditos del banco ABN Amro y la venta de armas que servían para masacrar opositores, ayudaba a que se enterrara hasta la razón”.
Terrible. Qué decepción. Así es el fútbol.
¿Y sobre la participación peruana en ese Mundial? También se habla. Pero eso será materia de otro artículo.


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