8 de la mañana, prendo el celular. Hace unos días tomé la decisión de apagarlo a las nueve de la noche y encenderlo lo más tarde posible. Tengo varias llamadas. Una de Radio América de Washington. Es la que más me sorprende. Si llaman de ahí es que pasó algo. Veo 30 mensajes en el grupo de WhatsApp que tengo con profes periodistas. A estas alturas ya sé que pasó algo. Algo grave. “Alan García se pegó un tiro cuando intentaban detenerlo”. Fotos, comentarios, especulaciones. Escribo que no lo creo. Es mentira, aseguro. Por supuesto que no lo pongo en Twitter, que por otro lado estoy usando menos. Prendo la radio, veo noticias. Me informo y mando un mensaje a Washington para hacer el informe. Salgo al aire. “No hay versión oficial, pero la noticia es que se pegó un tiro. El país está conmocionado”.
Ideas, sueños, fantasías, rabias, conspiraciones, ternuras, fanatismos y preocupaciones de un peruano formado al ritmo de las canciones de Hola Yola, el Vaso de Leche del Tío Johnny y la Reforma Educativa del General Velasco. Que se iba a la camita con el Topo Gigio y juntaba sus álbumes de Editorial Navarrete. Algo más.... Twist y nada más
abril 18, 2019
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