Lunes, 5.30. Siento una enorme ansiedad por escribir. Las palabras se salen de mis dedos. Estoy feliz, emocionado, orgulloso. Siento como si mi equipo hubiera campeonado. Después de 10 años, de 20, de 30.
Somos un pueblo muy golpeado. No, no nos ha ido bien. Hemos sufrido muchas derrotas, muchas humillaciones en nuestra historia. Somos como ese perro al que siempre pegaron y de pronto, un día, sin que exista motivo alguno, lo empiezan a acariciar. Y claro que se siente raro. Claro que entiendo que para algunos estos Panamericanos generen un sentimiento extraño.