Sobre el machismo de la ranchera hay miles de ejemplos. Para muestra dos botones.
Te vas porque yo quiero que te vayasa la hora que yo quiera te detengo,yo sé que mi cariño te hace faltaporque quieras o noyo soy tu dueño.
Letra y pulmón de José Alfredo Jiménez. Mujer cosa. Mujer objeto. Mujer propiedad. La más pura esencia de machismo mexicano. Como en las películas de Pedro Infante: macho enamorador, macho peleador y macho borracho. O sea machazo. Por lo menos así creen algunos.
Y no vaya a creer que esas cosas son parte del pasado. De la filmografía en banco y negro, de tiempos del disco de vinilo. No. De ninguna manera. Ahora, en pleno imperio del HD y del blu-ray, los charros siguen destilando machismo a raudales.