Nadie sabe qué va a pasar cuando se instale “la nueva normalidad”. Lo que sí sabemos es que nada volverá a ser lo mismo.
En la “nueva normalidad” no habrá ascensores. Desaparecerán. Imposible usarlos, pues no hay espacio para el metro y medio de distanciamiento. Solo se podrán usar las escaleras en la “nueva normalidad”.
El cine y las producciones de TV tendrán que adaptarse a la “nueva normalidad”. Algunas escenas de series y películas desaparecerán. Y el cine porno tendrá que reinventarse. Varios actores XXX dejarán de trabajar en “la nueva normalidad”.
Los restaurantes tendrán que adaptarse a la “nueva normalidad”. Las mesas serán solo para una o dos personas. Ya no se verán comilonas de diez o doce personas en la “nueva normalidad”.
La misa tendrá que adaptarse a la “nueva normalidad”. Ya no se podrá dar la paz en plena homilía, y en la confesión, cura y pecador deberán usar mascarilla, en la “nueva normalidad”.
Los baños públicos deberán usarse de otra manera en la “nueva normalidad”. Utilizaremos los mingitorios dejando uno libre. Habrá menos y los hombres tendremos que aguantarnos más la pila, en la “nueva normalidad”.
El karaoke cambiará en la “nueva normalidad”. Ya no podremos pasarnos el micrófono como lo hacíamos antes. Cada intento de cantante deberá tener su propio micrófono, en la “nueva normalidad”.
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