“Pizarro no debe ser llamado a la selección”, dice la mayoría. Pero ¿es realmente importante la opinión pública?
300 años antes de Cristo, Platón ya denostaba de la opinión pública. “Es un lugar intermedio entre la ignorancia y el conocimiento”, decía. En su famoso Mito de la Caverna demostró que la mayoría ve sombras y no la realidad. Y en el caso Pizarro, al parecer, el prejuicio y la envidia han lanzado una penumbra que ha nublado la razón.
Entiendo que algunos estén decepcionados porque Claudio no repitió en Lima lo que hacía en Bremen o Munich. No hablo de ellos. Hablo de los intolerantes, los amargos que no solo no quieren que llamen a Pizarro, sino que incluso le niegan la posibilidad de soñar con ir a Rusia. Han lanzado toda su batería de complejos cuando manifestó el lógico deseo de ir al Mundial. Que se hagan ver.
No puedo dejar de ser honesto conmigo, por eso creo que es muy difícil que Gareca llame a Claudio, pero los que comemos fútbol sabemos que la cancha es el territorio de lo impensado, me pregunto y si se pone en forma, ¿por qué no darle una oportunidad?
Borges decía que el fútbol era popular porque la estupidez es popular. Después de conocer algunas opiniones sobre el caso Pizarro, es muy difícil no darle la razón al escritor argentino.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario