Carta a
mi hijo Adriano de 3 años:
Me
emocioné mucho cuando el domingo tu tío Fernando te preguntó de qué equipo eras
y dijiste que de Alianza. La emoción es, principalmente, porque nunca te enseñé
que dijeras eso. Me parece absurdo e invasivo hacerlo cuando eres tan chico.
Tal vez más adelante te vaya aplicando dosis moderadas de aliancismo. A estas
alturas me parece irrespetuoso. Claro que me gustaría que fueras de Alianza y
que lo grites con todas tus fuerzas, pero me interesa mucho más tu
independencia, tu libertad. Sé que un padre termina modelando a sus hijos a su
gusto, pero hay límites. A esta edad hay cosas más importantes para ti y lo
respeto.
Nunca te
dije que fueras de Alianza por lo menos conscientemente. Es cierto que cuando
solo tenías un mes publiqué una foto tuya en el Bocón con la blanquiazul, y que
cuando juega Alianza me pongo la camiseta, pero es imposible que relaciones
colores con equipo y mucho menos con el nombre y encima que tú te digas de ese
equipo. Eres tan chico que es increíble. Me sorprendió tu respuesta. Me dio
mucha alegría.
No sé
por qué dijiste que eras de Alianza, pues ni siquiera te llevé a Matute y por
ahí escuchaste canciones o gritos con el nombre del equipo. No te llevo aun a
la Caldera porque considero casi un delito llevar a un menor al estadio. Tal
vez a partir de los 6 años, pero tan pequeño puede ser traumático. Llevar a un bebé
a la tribuna no tiene nada que ver con el amor al club y sí mucho con la
ignorancia y egoísmo de los padres. Es el típico papá que piensa primero en él
y luego en su hijo. Hay tantos…
Luego de
escuchar esa respuesta pensé mucho que tal vez termines siendo de Alianza. Qué
felicidad sería. No sé si llegarás a ser tan fanático del equipo como tu
hermano o yo, tampoco sé si es recomendable. En todo caso, próximo a entrar a
esta religión creo necesario darte unos consejos que debes ir aplicando
gradualmente. No de niño, en donde estaré yo para guiarte en tus idas al
estadio, sino de grande, cuando ya empieces a caminar solo por la vida. Ahí
van:
- En primer lugar, hay que entender que el
amor por un equipo no debe tener como centro de gravedad el odio hacia el
rival. Eso ocurre cuando el hincha tiene carencias afectivas que termina
llevando el equipo. Sé que eso no pasará contigo pues eres criado con mucho amor.
Igual te sugiero que pienses en lo absurdo que es que el cariño por Alianza
parta del odio a otro club. Pasa mucho y lo considero no solo una estupidez
sino un germen de violencia. Desgraciadamente muchos medios de comunicación
contribuyen con esto publicando noticias que incitan la irracionalidad, pero
por favor, ni siquiera por momentos, te dejes seducir por la miel de la
agresión al rival.
- Solo
viendo quiénes fuimos podemos saber quiénes somos, por eso para la identidad
aliancista es muy importante saber nuestra historia. Somos un equipo que nació
en un barrio, en un humilde barrio del Cercado de Lima, en Cotabambas. Nuestro
club fue fundado por obreros. Eso nos hace diferentes a otros clubes que fueron
formados en instituciones públicas o privadas o simplemente compraron la
categoría. Cuando dicen que somos El Equipo del Pueblo, no es una frase más, es
la más contundente realidad. Nuestra esencia, nuestro origen, es humilde.
- Esa misma historia habla de un
jugador, Teófilo Cubillas, salido de nuestras canteras y que es el noveno
goleador de la historia de los mundiales de fútbol. Nunca olvides eso, Cubillas
es nuestro más grande ídolo y viene de una familia humilde de un barrio popular
como Puente Piedra. Cubillas consiguió todo lo que un futbolista anhela. Es un
grande entre los grandes. Vanidades aparte lo entrevisté dos veces y hasta
jugué pelota con él. Tu hermano tiene una foto con nuestro ídolo.
- Tenemos campeones mundiales de clubes
como El Conejo Benites o Claudio Pizarro, este último además goleador histórico
de la Bundesliga. Tenemos a Teófilo Cubillas, José Velásquez y César Cueto como
la mejor volante de la primera ronda del Mundial Argentina 78, algo que nos
debe llenar de orgullo. Y en la Champions del 2014 tuvimos tres participantes
con corazón aliancista: Claudio Pizarro, Jefferson Farfán y André Carrillo.
Nunca antes pasó eso en el fútbol peruano con otro club. Eso también nos hace
distintos.
Vayamos a cosas más mundanas, pero también importantes.
- Ir a ver a Alianza es una experiencia
que puedes empezar en La esquina de los amargos, cruce de las calles Pizarro e
Italia, o comiéndote un cebichito en El Verídico de Fidel. Seguro que al
comienzo lo haremos juntos, después podrás ir solo o con tus amigos. En El V erídico... la jornada comienza, y tal vez termine, pidiendo una leche de tigre
Jayito. Contundente.
- Ya
en Matute resulta obligatorio comerte el clásico de la tía Tina en occidente.
No hay forma de equivocarte, es la única. Te recomiendo que lo hagas antes del
partido. Compras tu postre y lo comes viendo el preliminar. Claro que también lo
puedes comer al medio tiempo, pero tendrás algunos problemas. En primer lugar,
se llena de gente y te puede llegar el segundo tiempo en la cola. Lo otro es
que por la angustia del encuentro aún no terminado te caiga mal el postre. Comer
con ansiedad es terrible. Es cierto que al inicio del partido también hay esos
nervios lógicos, pero es otra cosa. Mientras esperas el partido hay cierto
relajo que te permitirá comer tranquilo esa delicia.
Si lo
que quieres son anticuchos, en el mismo occidente, pero pegado a norte
encontrarás unos de antología. Igual modérate al comer.
- Si quieres comprar algo fuera del
Matute, hazlo al final del partido y no al inicio. Sé que la ansiedad te matará
por comprar, pero créeme, al final rematan las cosas.
- Si vas a occidente nunca compres
boletos de las primeras filas pues no verás el partido. Lo hice alguna vez
obligado por las circunstancias pues era lo único que quedaba. Fatal. Lo único
que verás será las espaldas de los reporteros o recogebolas. Lo mejor será que
compres a partir de la fila 15 y de ser posible cerca de una puerta. Para mí el
mejor lugar es la fila 22 cerca a una entrada donde están los baños y los
postres. No hay pierde. Aunque lo cierto es que en SVR los partidos se viven de
otra manera, pero ahí solo podrás ir cuando seas mayor de edad.
Por el
momento esas son las recomendaciones básicas. Igual cuando vayamos irás
aprendiendo. Y lo principal, siempre hay que apoyar al club. Más aún cuando
está perdiendo. El amor hacia el club no se condiciona. Hay quienes quieren a
su equipo solo cuando ganan, nosotros, los buenos aliancistas, lo queremos siempre.
Campeonemos o no, siempre estaremos ahí. Porque el amor hacia tu equipo, aunque
en realidad ningún amor, nunca debe estar condicionado a nada.
Aun
tienes tres años así que estos consejos recién los leerás en mucho tiempo y los
pensarás mucho después. Igual ahí quedan.
Arriba
Alianza, Adriano.
4 comentarios:
También aliancistas campeones mundiales de clubs
Juan Joya y Paolo Guerrero
También aliancistas campeones mundiales de clubs
Juan Joya y Paolo Guerrero
Que emoción así grande he sentido al leer lo que escribes a ti hijo. Soy Aliancista de corazón igual que mi padre y también mi hija y ahora mi espoao italiano también lo es. Arriba Alianza.
He sentido una gran emoción al leer lo que escribes a tu hijito. Soy aliancista de corazón al igual que mi padre y ahora mi hoja lo es. Arriba Alianza toda la vida!
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