junio 20, 2011

ABSURDOS MONUMENTALES


    El Cristo del Pacífico, rebautizado como "el Cristo de lo robado" o "el Cristo del Gogordovago", puede llevar a Lima a la cima de los lugares con monumentos más absurdos. Quito y Santa Marta nos disputan ese honor. Hace algunos lustros publiqué esta nota en El Comercio. La nota cobra actualidad por los últimos acontecimientos:


"Es tonto querer dar a la piedra forma de hombre, cuando los humanos hacen todo lo posible para parecerse a las piedras." 
Sócrates 



    Para los amantes de la guaracha, Santa Marta es y será la ciudad que tiene tren, pero no tiene tranvía. Para los historiadores, siempre tan alejados de la sabiduría que emana de los ritmos tropicales, Santa Marta merece ser recordada por haber sido la última ciudad donde vivió Simón Bolivar. Por su parte, Gabriel García Márquez, que de guarachas e historia conoce bastante, considera que si algo hace original a Santa Marta son sus monumentos, acaso los más raros del mundo. Los argumentos que expone Gabo son contundentes. Las estatuas de Santa Marta son el ejemplo más claro de que en algún momento los escultores de esta ciudad carecieron del gen de la sensatez. Cuenta Gabo que la primera estatua que le hicieron a Bolivar llegaba sólo a los 60 centímetros de alto. Sí, aquel patriota continental que además fue ilustre inquilino del lugar, sólo pudo inspirar un monumento de ridículas medidas. No hay duda que la efigie logró cumplir con su propósito de perennizar la memoria del Libertador, aunque el mérito es relativo pues no lo hace por su imponente bronce sino por sus dimensiones liliputienses. Que se sepa, nunca nadie explicó la razón de tan minúsculo homenaje. Tampoco se ha explicado el sentido de una representación de Venus, efigie que según García Márquez, posee una fealdad extraordinaria. Pero algo todavía más absurdo muestra esta ciudad en materia de estatuas. A orillas del mar, en medio de atractivos bikinis que albergan contenidos más atractivos aún, se encuentra un monumento al soldado español que de pasada y sin quererlo es una efigie a la estupidez humana. Cuentan que este megalito es el resultado de la ira de un funcionario hacia los conquistadores españoles. A mitad del siglo pasado, el municipio dictó un decreto que condenaba al infortunado recluta a no tener plataforma para no estar por encima de los habitantes. Además, se le obligó a llevar sus pesados trajes para que sufriera las inclemencias del calor caribeño y como si no bastara con esto, el pobre conscripto tampoco podía contemplar el Pacífico por lo que fue colocado de espaldas al mar. 
    No muchas ciudades le pueden disputar el título de originalidad a Santa Marta, pero Quito enfrenta el reto. Las autoridades municipales decidieron rendir homenaje al gran poeta y político liberal José Joaquín Olmedo y creyeron que el reconocimiento debía tener forma de monumento. Para tal fin se creó una comisión que tenía por objetivo contratar a un escultor de trayectoria que convierta el deseo en realidad. Fue en Londres donde encontraron al artista ideal para el trabajo. Sin embargo, la felicidad del encuentro se estrelló contra el pavimento de los presupuestos. Frente al ridículo de volver con los brazos vacíos, los enviados tuvieron una idea que de paso los llevó a ocupar un lugar preferencial en ese gran libro donde se consignan los más grandes absurdos de la historia. Decidieron comprar una estatua de oferta que se pareciera en algo a Olmedo. La única que encontraron en realización fue la de Lord Byron que aunque no se parecía, sí estaba a la altura de las arcas municipales. Cuando la estatua llegó a Quito comprobaron que no se habían equivocado pues nadie notó la diferencia. 
    De Santa Marta a Quito y de allí a Lima sin escalas. Si de absurdos monumentales se trata Lima también dice esta boca es mía y el poeta Antonio Cisneros es el encargado de sustentar la insensatez plástica de nuestra ciudad. Toño asegura que Lima es una de las ciudades más pobretonas del planeta en lo que a monumentos se refiere. Su primer argumento se encuentra al final de la avenida Pardo en Miraflores donde “ ...se aprecia un infame y chiflado paredón que, se supone, es todo un homenaje al héroe de Angamos. En otras palabras, un paredón que oculta el mar de Grau”. 
    Al poco tiempo, esta insensatez fue corregida pues el comentario de Cisneros actuó como un cincel que se lo trajo abajo. Hoy el paredón es historia. El folio de absurdos presentado por Cisneros se engrosa con el monumento a los Cabitos. “ …perdido como un hongo en medio del gigantesco (no grandioso) óvalo de Higuereta… dada la absurda proporción de las figuras, los bravos resistentes contra Chile terminan siendo un hato de pigmeos de mala calidad, que ninguno conoce o reconoce “. Cisneros cierra su ponencia con esa especie de paseo de los héroes que se ubica a un costado del Pentagonito. Ese corredor lleno de personajes, muy ilustres, quien lo duda, pero cuya identidad muchos desconocemos. Se trata, dice el escritor, “ de un par de docenas de bustos ridículos salidos todos, al parecer, de un mismo molde ”. 
    La burocracia, la justicia, el deporte, la ciencia y, cómo no, la política, son espacios donde el hombre ha manifestado su estupidez con abundante esmero. Pero la estupidez escultórica o está escondida o es inédita. Ni Paul Tabori en su maravillosa Historia de la Estupidez Humana ni Carlos Fisas en sus cinco tomos de Historia de la Historia, se ocupan del tema. Habrá llegado el momento de inaugurar este segmento y tal vez, si Quito y Santa Marta no acentúan sus méritos, Lima podría alcanzar el máximo galardón del dislate.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Exelente post Carlos, pero no debemos olvidar que existen obras de Miguel Baca Rossi en Lima y fuera de ella que son muy reconocidas, por citar algunos ejemplos: (en Lima)

- Plazuela del Teatro Segura
César Vallejo.(Bronce).

- Av. 28 de Julio.
José Carlos Mariátegui (bronce).

- Convento Santa Rosa de Lima
San Martín de Porres.(granito)

Un saludo..

nells.

Anónimo dijo...

Si, bueno. Lo malo es no dar valor a las ideas originales que producen ciertas resultados.
Pero x ej no me parece ridiculo ese monumento (o estatua) del soldado español, es gracioso, es mas, creo que puede ser parte de la cultura caribeña, salerosa, bailarina, bromista, etc.
Otra opinion personal: la estatua de bolognesi cabizbajo, llevando a rastras la bandera peruana, que sacaron de la plaza bolognesi para poner al hombre triunfante, me parecia hermosa, y de hecho creo que responde al espiritu escondido de los peruanos en relacion a la perdida guerra con chile. Quizas, claro, uno se deprima si tiene que verla todos los dias en la calle, pero en belleza creo que es mejor que la que se luce ahora.

Anónimo dijo...

Perú,querámoslo reconocer o no, e sin duda un país por excelencia de lo absurdo.Un país en donde la ficción ha superado ,y vaya de que manera, a la realidad hace mucho tiempo.Con unos políticos absurdos,absurdos son en concecuencia sus acciones.Con unos personajes que parecieran haber salido de las caricaturas del gran comunicador-dibujante alfredo(del diario la Republica).Un presidente absurdo,congresistas unos más ,otros mucho más absurdos todavía.Un pueblo con una facilidad para el olvido,electores amnésicos ,qué más podemos esperar,si acaso empezamos a contabilizar uno por uno de hecho sería una absurda cuenta ,pues jamás dejariamos de contar.Absurda también esta nota que escribo,pues de nada ayudará a mejorar.

Anónimo dijo...

Hola Carlos, te leo hace una semana y al re-leer este post se me activó la memoria y te paso estos posts http://orsai.bitacoras.com/archives/000676.php
y http://orsai.bitacoras.com/archives/000682.php
de casciari que tienen que ver con la calidad de las personas (que viven en las ciudades, de las ciudades con absurdos monumentales)
Lo dicho: calidad de personas.

EL PERDEDOR

     Me gustaba el box. Ya no. Disfruté mucho la época de los 80. Ray “Sugar” Leonard, Roberto “Mano de Piedra” Durán, Tomy Hearns, Marvin H...