Rápidamente nos hicimos amigos. Con Gustavo no era difícil. Era de conversación agradable y trato simple, nada complicado. La sensación que siempre dejaba era la de ser un mecánico que se salía de los estándares comunes. En su taller tenía un piano y en sus ratos libres tomaba clases de violín.
Al poco tiempo lo invité a mis programas de radio y televisión. No fue fácil. Tuve que convencer a la gente que trabajaba conmigo para que el “Doctor Ruedas”, antes de tener ese apelativo, sea aceptado como invitado. Una vez que lo escucharon ya no hubo problemas. Se ganó el puesto.
Ir a su taller en San Miguel era como salir de paseo. Ambos conversadores, el tiempo de charla siempre era mayor que el del arreglo del auto. El Ford Laser lo heredó mi hijo. Yo compré un Nissan Pulsar timón cambiado, por supuesto con la asesoría de “Ruedas”. ¿Timón cambiado? No te hagas problemas. Yo estoy a favor de los autos “travestis”. Ese “Ruedas”. Y así lo hice. Recuerdo que le llevé varios autos que se veían bien pero no pasaron el control de calidad del “Doctor Ruedas”. Si él decía que no, era no.
Después vino su programa en 1160 y luego Capital. ¡Qué alegría! Tú fuiste el primero. No es nada. Ya nos habíamos dejado de ver. Un Suzuki Swift del año nos separó. El nuevo auto iba al taller de fábrica y poco a poco nos dejamos de ver con Gustavo. Algunos mensajes por Facebook y nada más.
El día a día, lo urgente, que siempre quita tiempo a lo importante, hizo difícil volver a vernos. Quedó pendiente esa cita para que veas la caña nueva y la cena con nuestras parejas.
Será para la próxima.
Al poco tiempo lo invité a mis programas de radio y televisión. No fue fácil. Tuve que convencer a la gente que trabajaba conmigo para que el “Doctor Ruedas”, antes de tener ese apelativo, sea aceptado como invitado. Una vez que lo escucharon ya no hubo problemas. Se ganó el puesto.
Ir a su taller en San Miguel era como salir de paseo. Ambos conversadores, el tiempo de charla siempre era mayor que el del arreglo del auto. El Ford Laser lo heredó mi hijo. Yo compré un Nissan Pulsar timón cambiado, por supuesto con la asesoría de “Ruedas”. ¿Timón cambiado? No te hagas problemas. Yo estoy a favor de los autos “travestis”. Ese “Ruedas”. Y así lo hice. Recuerdo que le llevé varios autos que se veían bien pero no pasaron el control de calidad del “Doctor Ruedas”. Si él decía que no, era no.
Después vino su programa en 1160 y luego Capital. ¡Qué alegría! Tú fuiste el primero. No es nada. Ya nos habíamos dejado de ver. Un Suzuki Swift del año nos separó. El nuevo auto iba al taller de fábrica y poco a poco nos dejamos de ver con Gustavo. Algunos mensajes por Facebook y nada más.
El día a día, lo urgente, que siempre quita tiempo a lo importante, hizo difícil volver a vernos. Quedó pendiente esa cita para que veas la caña nueva y la cena con nuestras parejas.
Será para la próxima.
6 comentarios:
Gracias por sus enseñanzas Doctor Ruedas se le echará mucho de menos, hasta pronto
Así es,un hombre simple y sencillo,recuerdo cuando cambiaron la programación de la radio y pusieron su segmento,como renegué a mi que me importaba escuchar de carros!!pero en su segmento no solo hablaba de carros metía de todo y además hacía buenos chistes me envolvió y conquistó y de paso aprendí algo de carros, bonitas tus palabras ,saludos hasta siempre Dr. Ruedas.
Así es,un hombre simple y sencillo,recuerdo cuando cambiaron la programación de la radio y pusieron su segmento,como renegué a mi que me importaba escuchar de carros!!pero en su segmento no solo hablaba de carros metía de todo y además hacía buenos chistes me envolvió y conquistó y de paso aprendí algo de carros, bonitas tus palabras ,saludos hasta siempre Dr. Ruedas.
bien dicho carlitos, gustavo era todo lo que dices y mucho mas
bien dicho carlitos, gustavo era todo lo que dices y mucho mas
Gracias Carlos por la resseña de mi hermano Gus, lo describes tal como era el sencllo, jovial capaz de hacer mu buenos amigos.
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